miércoles, 25 de abril de 2012

sábado, 7 de abril de 2012

El diamante robado, Parte I.

En alguna aldea lejana a nuestros días, un joven llamado Etién iba caminando por el bosque, cuando de pronto vio algo brillar a lo lejos. Al irse acercando, vio que que trataba de un pequeño objeto cristalino, con destellos multicolores. De pronto oyó una voz femenina que susurraba: "Es para ti, este diamante es tuyo. Mientras lo tengas contigo, te dará prosperidad y felicidad. Pero solo es tuyo. A cualquiera que intente robártelo, el diamante de principio pareciera que le traerá la felicidad como a tí, pero con el tiempo, solo le ocasionará tristeza, vacío y desolación a quien se atreva a robártelo...Llévatelo pues, contigo, es mi regalo...".

El fin de una etapa...

Una etapa ha llegado a su fin.  Bueno, ya varios meses atrás llego a su fin, pero hasta ahorita soy plenamente consciente de ello.  ¿Que si le etapa que acaba de pasar fue feliz? No podría contestar esta pregunta. Cuando los acontecimientos que creímos fueron buenos en su momento, han sido opacados totalmente por un negro acontecimiento mas reciente, sucede que este acontecimiento borra todo lo bueno que hubo atrás. Es curioso, pero así es, así funciona esto. Entonces solo queda una bruma gris de toda aquella época. Pero que queda de todo eso?:
  1. Un extraño dolor que tiene que irse borrando con el tiempo.
  2. Queda mi Kiara y mi Regina, que siempre estarán conmigo, pase lo que pase y este con quien este.
  3. Varios objetos, que es mejor guardar en cajas, tirarlos o regalarlos.
  4. Un mar de preguntas, que jamas tendrán respuesta alguna, y por lo tanto es mejor enterrarlas.
  5. Unas terribles ganas de salir adelante, cueste lo que cueste, aferrándose hasta con las uñas a una nueva vida, en donde solo reine la verdad...
  6. Cicatrices en el cuerpo y en el alma, que deberán sanar en su momento.
Un ciclo se cierra, y se cierra completamente, para dar oportunidad al ciclo nuevo que se acerca, mucho mas claro y real...

Vivir a plenitud...

Cuando era niña, tenia un sueño recurrente…
Soñaba que estaba iba caminando por un parque que estaba cerca de mi casa…Pero algo extraño ocurría: no podía abrir los ojos, porque si los abría, el sol me lastimaba los ojos, al grado de ocasionarme dolor…Intentaba una y otra vez abrirlos para poder ver por donde seguía caminando, pero no podía…El dolor era insoportable…Pero sabia que tenia que caminar, para llegar a no se donde, pero tenia que llegar…Y entonces iba caminando con los ojos cerrados, temiendo que pudiera tropezar con algo y caer…De vez en cuando abría los ojos, solo para ver que el dolor seguía…Pero también me daba cuenta de otra cosa…Aunque miraba el parque solo en el momento en que abría los ojos por unos segundos, alcanzaba a captar que el parque se miraba diferente. Los colores de los árboles y el pasto se miraban mas vivos, y la luz del sol era tan brillante que casi era de color oro, y casi se podía ver por encima del paisaje, coloreándolo…Y yo continuaba caminando.. Me daba mucho temor caminar así, pero a pesar de esto, seguía y seguía caminando, abriendo los ojos de vez en cuando, y pensando porque el mundo se veía tan diferente…Y caminaba, hasta que finalmente despertaba…
Dicen que todos los sueños son un intento de nuestra voz interior por decirnos algo…Ahora que pienso, creo que tengo la respuesta…

La luz brillante del sol significaban las cosas buenas que llegan a nuestra vida, pero que implican un cambio en nuestra forma de pensar o de ver la realidad…
El dolor que sentía en los ojos indica el esfuerzo a veces doloroso que conlleva romper con todos nuestros esquemas habituales de vida…Pero al romperlos, nuestro esfuerzo valdrá la pena, pues la luz de una nueva vida nos permitirá ver las cosas como realmente son, en toda su belleza…Solo tenemos que ser constantes y vencer ese dolor de crecer emocionalmente…vencer el miedo a cambiar…Entonces tendremos el valor de abrir los ojos, de ya no seguir caminando en la oscuridad, de ser realmente nosotros mismos…Esto cuesta…A veces cuesta algún tiempo, a veces cuesta toda una vida…Pero solamente la persona que es capaz de abrir los ojos sabe donde realmente está; entonces puede ver en forma clara su camino verdadero, y dirigirse a el sin temor…Sin temor de llegar a ser y expresarse como es verdaderamente…Sin temor de vivir la vida en toda su plenitud…Que cosas…

Una verdadera dama...

Corría el año de 1995 en Mexicali. Yo estaba pasando por una situación muy difícil. Yo lo veia como mi peor tragedia personal…Tenia alrededor de 5 meses buscando trabajo sin conseguir algo, hasta que por fin encontré, o más bien dicho el trabajo me encontró a mí… Una amiga mía me recomendó con un cuñado suyo que tenía una pequeña empresa de computación. Después de la entrevista inicial entré a trabajar al final de la semana. Mi nuevo jefe, que era una bella persona me presentó a mi también nuevo equipo de trabajo: Rubén, un individuo que me pareció bastante peculiar en ese momento, ostentando como característica principal ser ultra mal hablado…Y su contraparte total: La señora Martha, ya jubilada, que colaboraba con la cuestión administrativa en apoyo a mi jefe…Cuando la ví lo primero que pensé fue: ‘Dios mió, yo no le voy a caer bien a esta señora, se ve que tiene estándares muy altos de comportamiento e imagen’…Nada mas con verla podía adivinarlo: Iba vestida pulcramente, como la gente del jet set que sale en la revista Vanidades…de tal manera que a su lado me sentí una pordiosera…En ese tiempo yo era una especie de hippie renegona de la vida…
En fin…Transcurrió mi primer día de trabajo en forma tranquila. Por la tarde, mientras el camión avanzaba lentamente de camino a mis rumbos yo solamente pensaba: ‘Ay Dios, a ver como me va en este nuevo trabajo…’. Se llegó el día siguiente y yo continué con la labor de leer los manuales de los sistemas para cuyo soporte me habían contratado…Llegó la hora de la comida, y yo me moría de hambre. Resulta ser que como yo no tenía nada, pero nada de dinero, solo me iba al trabajo con 8 pesos, 4 para el camión de ida y 4 para el de regreso…Y pues cero para comer…Recuerdo que la señora Martha compró una torta Yucatán…Y me dió la mitad a mi…Así fue como comencé a conocer de la bondad de esta dama…Y con el tiempo fui conociendo su vida…Ella se había casado muy joven, y enviudó teniendo apenas 30 años…Se quedó con cuatro hijas, y luchando contra viento y marea las sacó adelante, siendo actualmente todas ellas personas hechas y derechas, todas con carrera universitaria y buenos trabajos…
Al conocer todo eso sentí mi tragedia personal sumamente ridícula… Pensaba en todo lo que esta señora habia logrado en la vida, a pesar de las circunstancias adversas…¿Y cómo era que algo así se podía lograr?…Me preguntaba yo…Pues como ella lo había hecho: Siguiendo un alto estándar de rectitud, honestidad, amor hacia su trabajo, su familia, hacia la vida y hacia los seres humanos… Entonces comprendí que aunque una gran tragedia golpeara nuestras vidas, en nuestras manos estaba decidir nuestra actitud ante el dolor y la adversidad…El afrontar los malos momentos con entereza, con valor, dando todo de una misma, creyendo ciegamente que Dios cuidará siempre de nosotros y esperando lo mejor de la vida…Eso es lo que yo llamé el código Martha… Sí, esta señora a quien despues llegué a ver como mi segunda madre, tenía un código real de calidad de vida…Que más que un código es una actitud ante la vida… He de decir algo: yo no soy como Martha, me he equivocado muchas veces, y a veces siento que arrastro conmigo fantasmas de un pasado confuso, que si bien he tratado de abandonar, no me deja completamente…Pero cuando me siento al borde, al borde de lo que sea, pienso en sus enseñanzas y siento dentro de mi algo que me dice que ella tiene razón…Eso me devuelve a mi camino. Cuando alguien me trata mal, lo primero que pienso es lo que ella dice: ‘Debemos tratar a la gente de forma amable, aunque ellos no nos traten así’…Cuando siento que los recuerdos de una infancia rara me abruman, recuerdo sus palabras: ‘Siempre debes querer a tus padres’…Y cuando hay días que me levanto con ganas de estar en el descuido total, vienen a mi mente estas palabras suyas: ‘Siempre hay que vestir bien… ¿Por qué? Porque la demás gente no es perfecta, y a todos nos gusta lo que viene con una bella envoltura, hasta a tí’…
Como dije, desgraciadamente yo no soy como Martha. He cometido varios errores, pero estoy completamente segura de que el haber tenido la oportunidad de conocer ese código de vivir ha enriquecido mi paso por este mundo…Y claro que trato de seguirlo…A veces lo logro (y créanme que de una forma espectacular); y a veces no, pero cuando lo logro siento que mi presente momentáneamente ha adquirido un poco de la calidad de vivir de esta verdadera dama…